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El chico de Naschel que murió en una ambulancia; la Justicia cerró la causa

Pamela Ferreyra perdió a su hijo en diciembre de 2017 en pleno traslado a la ciudad de San Luis. Cree que fue un “mal diagnóstico médico”, porque la verdad no la sabe. Sin embargo la Justicia ahora cerró el caso.

Agustín murió a fines del 2017 y la familia busca "saber la verdad".
Actualizada: 02/05/2019 00:46
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Agustín León tenía 15 años y murió el 7 de diciembre de 2017 en una ambulancia que lo trasladaba desde Naschel al Policlínico Regional de San Luis. Desde ese momento su madre comenzó una lucha judicial que no se termina. En diálogo con elchorrillero.com, dio los detalles de lo que pasó y de su reclamo por justicia.

La última novedad que recibió  fue el 18 de abril cuando le comunicaron que la causa había sido cerrada a instancias del Juzgado Penal de Concarán.

La semana pasada, la mujer buscó reunirse con la ministra del Superior Tribunal de Justicia, Lilia Novillo con la intención de pedirle que interceda, pero no lo logró. Se enteró que la funcionaria “se encuentra de licencia”.

El caso tuvo tanta repercusión en la comunidad que llegó hasta los oídos del gobernador Alberto Rodríguez Saá. El padre de Agustín, Raúl León le informó del hecho.

El 28 de septiembre del año pasado en medio de la inauguración del Hospital de Merlo “Madre Catalina Rodríguez”, el mandatario provincial se refirió al caso y contó la historia.

“Tal vez la muerte se produjo por falta de insumos, de pericia, pudo ser mala praxis o una tragedia”, expresó en su discurso. Después anunció que iban a crear un “protocolo” con el objetivo de investigar hechos de esta índole para “saber por qué sucedieron”.

“Asumiremos nuestro compromiso de estudiarlo y ver las causas cada vez que pase una tragedia como ésa”, resaltó.

En la entrevista con este medio, Ferreyra consideró que la decisión tomada por la Justicia fue una “falta de respeto”, y “un manoseo” a la familia.

“Estoy muy enojada. No tiene perdón lo que hicieron, y más sobre todo después de pelearla por un año y medio”, sostuvo en relación al cierre de la causa.

Uno de los principales puntos que destacó es que a lo largo de la investigación se citaron a todos los testigos, pero no al médico que atendió a Agustín esa noche.

El caso

Todo comenzó cuando Agustín llegó a su casa por la noche luego de salir a comer una hamburguesa. Con el tiempo comenzó a sentirse mal hasta el punto que no reaccionaba a las palabras de su madre y se encontraba “desvanecido”.

En ese momento fue trasladado al centro de salud de Naschel. Allí fue atendido por un médico de apellido Herrera que le diagnosticó “gastroenteritis”.

Según manifestó Ferreyra, su hijo presentaba un quiste aracnoideo en el cerebro. Por esta razón es que en varias oportunidades realizó varios estudios en el Hospital Allende en Córdoba y en el Garrahan. Esto se lo mencionó a Herrera pero “no lo tuvo en cuenta”.

Estando en la sala de observación y ante la falta de reacción de Agustín, la mujer pidió la derivación a San Luis. “Deben esperar” fue la respuesta.

“Horas después le inyectan algo en el suero. cinco minutos más tarde comenzó a respirar mal y a brotarse entero”, recordó.

Logran trasladarlo a la ciudad de San Luis, pero a 10 kilómetros antes de llegar Agustín muere. “En ese momento me dijeron que le dio tres paros y que no pudieron hacer nada”, agregó.

A partir de allí comenzaron las idas y vueltas judiciales para saber cuál fue la causa de la muerte. Cuatro días más tarde hizo la denuncia penal en el juzgado de Patricia Besso.

Empezó así la recolección de los testimonios de los padres de Agustín, de los enfermeros involucrados, del chofer de la ambulancia, pero no de Herrera, el doctor. Además, se entregó el historial médico del chico y el libro de mesa de entrada del centro de salud.

En octubre del año pasado tres médicos forenses diferentes realizaron la autopsia. Ferreyra contó que mantuvo una charla con uno de ellos: Gustavo Lafourcade.

“Me dijo que el estómago y vísceras no estaban dañados por una gastroenteritis y que el quiste estaba intacto. Muchas muestras se enviaron a Buenos Aires por el estado de descomposición del cuerpo”, resaltó.

Además, afirmó que “podía llegar a San Luis sin problema, pero como se equivocaron en el diagnóstico, el medicamento lo reventó”.

Con esta realidad buscó alguna respuesta en la Justicia, pero no la encontró. Solo le comunicaron que tendrá una audiencia, pero no le confirmaron ni fecha ni hora.

También buscó hablar con la ministra de salud, Silvia Sosa Araujo, pero la secretaria le dijo que “no podían hacer nada ya que la causa está judicializada”.

Hoy, Ferreyra recuerda a Agustín como un “adolescente especial, un buen estudiante y sobre todo un buen hijo”. Y también remarcó que solo quiere “saber la verdad”.

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